Después de más de 2 años encerrada en casa, decidí probarlas en el embalse de Valdecañas, puesto que la última vez que estuve allí las carpas estaban activas.
Y así fue, se veían preciosos ejemplares saltando a nuestro lado, impresionantes imagenes que motivaban a continuar la media jornada.
El viento desfavorable para este tipo de cañas, enredaron en sus puntas el anzuelo y la vaina, el quit no paraba de enfrentarse a las ráfagas incesantes que hicieron de la jornada un encuentro hostil.
Aún con la mañana en la misma orilla, y con ganas de probar suerte, el uso de gusano con engodo no lograron sacar una carpa, salvo una lucioperca encantada con el comedero preparado a su disposición.
Echabamos de menos esos días calurosos de verano donde los peces entran sin cesar al engaño, esas tira y recoge que convertian a esta especialidad en reina de todas las demás, "un trabajo fino" me dijo un compañero que disfruta día tras días de esta maravillosa técnica.
Como podéis observar, el esfuerzo máximo con esta climatología, para el producto tan básico para ésta lucioperca, sin apenas dolor de espalda fue sacada de un movimiento de brazo, esperabamos más, ojalá en el futuro se consiga.
BUENA PESCA COMPAÑEROS.
